Hijos ante la separación de los padres

 

 

El numero de separaciones y divorcios aumentan en España de forma exponencial, lo que supone que muchas familias están experimentando un cambio muy importante en su estructura nuclear con la perdida de alguno de sus miembros y la incorporación de otros.

 

Esta operación de rotura de lazos afectivos es siempre dolorosa y se vive con angustia por parte de la pareja que ve como se destruye su proyecto de vida familiar y produciendo unas victimas potenciales en sus hijos.

 

En esta sociedad que estamos viviendo, aceptamos el deseo generalizado de que la pareja debe trabajar y triunfar profesionalmente, asegurando así  un alto nivel de ingresos en el núcleo familiar. para mantener un alto nivel de vid, pero claro a costa de dedicarle un excesivo tiempo al mundo del trabajo, y a cambio no poder atender de forma eficaz la educación de nuestros hijos, aunque  delegamos este asunto de la educación en personas que nos parecen competentes, pero no pensamos que los padres no tienen sustituto para la función de padre y para la generación de vínculos afectivos adecuados con nuestros hijos y así evitar problemas de futuro.

 

Hoy la familia se ha convertido en una de las instituciones sociales que mas ha cambiado tanto desde la perspectiva legislativa hasta la social.

 

Para comenzar el núcleo familiar ya no tiene que ser heterosexual, puede haber parejas de hecho con hijos, madres o padres solteros con hijos o nuevas familias surgidas de divorcios o separaciones que comparten hijos de otras parejas anteriores.

 

Esta libertad puede considerarse un logro para las personas adultas, que pueden evitar que sus hijos tengan que sufrir las consecuencias de un entorno familiar conflictivo. Pero la ganancia en los derechos individuales de los adultos no siempre va asociado a los beneficios psicológicos de nuestros hijos.

 

De hecho se ha demostrado que el riesgo de sufrir trastornos de conductas esta relacionado con los siguientes factores:

 

-         Tener padres jóvenes.

-         Estar preocupado por la muerte de un ser querido.

-         Violencia en el seno de la familia (discusiones, peleas).

-         Separación y divorcio

-         Maltrato físico.

-         Fracaso escolar.

-         Problemas de comportamiento en la infancia.

 

Debemos reflexionar que la adolescencia es una época muy complicada para los jóvenes,  en concreto algunos de los que afrontan la separación de los padres pueden incrementar sus conductas de riesgo (alcohol, sustancias, drogas), dificultades en las relaciones con los iguales, predominio de la impulsividad y poca capacidad para la resolución de conflictos de forma dialogante, baja autoestima, agresividad, baja tolerancia a la frustración y en los casos mas severos puede derivar a un trastorno disocial.

 

Cabe esperar que en las escuelas se apliquen planes de intervención, centrados en enseñar a los padres mas jóvenes como abordar el proceso educativo de sus hijos y como manejar los excesos conductuales que se observen y permitan disminuir el riesgo de maltrato y frenar la evolución de los problemas de comportamiento hacia patologías mas graves.

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