LA ALFABETIZACION TECNOLOGICA Y LA DISCAPACIDAD
Las Tecnologías de la información y la comunicación son una formidable herramienta para mejorar la integración, en la que se depositan muchas esperanzas, pero también pueden convertirse en una nueva e insalvable barrera para muchas personas con discapacidad.
El desarrollo de la Sociedad de la Información está teniendo, y tendrá en los próximos años, un enorme impacto en todos los ámbitos de la vida de las personas. Está cambiando, no sólo la forma de trabajar y de hacer negocios, sino también las formas de estudiar, de acceder al conocimiento, de interactuar con otras personas, de divertirse y de desarrollar las propias aficiones. Sería un error, por ello, pensar que, en el caso de las personas con discapacidad, la Sociedad de la Información concierne sólo, por ejemplo, a los problemas de salud y movilidad, olvidando todos los demás aspectos de su vida social.
El desarrollo de la Sociedad de la Información puede ser una seria amenaza contra la igualdad de derechos de las personas con discapacidad si no se afrontan sus desafíos de forma que se protejan estos derechos fundamentales. La información ha llegado a ser una necesidad social y un aspecto fundamental de los derechos humanos, y no podemos permitir que ningún grupo se vea excluido de ella.
Muchas de estas personas sólo necesitan la adaptación de las herramientas y del entorno laboral para poder realizar el mismo trabajo que quienes no tienen una discapacidad. Se han depositado muchas esperanzas en el papel que pueden jugar las tecnologías de la información como herramienta para mejorar los niveles de formación y para promover el empleo de amplios grupos de personas con discapacidad que actualmente no están incorporados a los procesos productivos.
La tecnología de la información puede cambiar esta situación proporcionando puestos de trabajo en casa a las personas con discapacidad con graves restricciones de movilidad o adaptando los lugares de trabajo convencionales para posibilitar el acceso al empleo a los posibles nuevos grupos de usuarios. La Sociedad de la Información trae consigo infinidad de oportunidades que pueden contribuir a un incremento en la tasa de empleo para las personas con discapacidad.
Para las personas con discapacidad que no tienen un nivel muy alto de educación y especialización, el cambio tecnológico puede tener un efecto negativo sobre sus oportunidades de trabajo. De ahí la importancia de invertir en la formación de las personas con discapacidad, utilizando todos los medios que permitan potenciar el aprendizaje a lo largo de la vida, y, muy concretamente, abordando programas de "alfabetización tecnológica"; de darles la posibilidad de adquirir los equipos informáticos necesarios o de acceder a ellos de una forma fácil.
La utilización de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación es y será de vital importancia para las personas con discapacidad, si se aplica a la creación de redes y a la comunicación, al intercambio de experiencias y de información relevante y a crear lugares de encuentro para las personas con discapacidad que viven situaciones similares. Por ello, de la mano de la Sociedad de la Información nos llega con fuerza otra idea, la de la Sociedad del Conocimiento y su manifestación mediante las comunidades de saberes y las inteligencias colectivas, donde es la participación y la suma de las capacidades y potencialidades de sus elementos lo que genera el auténtico valor.
El desarrollo de la Sociedad de la Información está teniendo, y tendrá en los próximos años, un enorme impacto en todos los ámbitos de la vida de las personas. Está cambiando, no sólo la forma de trabajar y de hacer negocios, sino también las formas de estudiar, de acceder al conocimiento, de interactuar con otras personas, de divertirse y de desarrollar las propias aficiones. Sería un error, por ello, pensar que, en el caso de las personas con discapacidad, la Sociedad de la Información concierne sólo, por ejemplo, a los problemas de salud y movilidad, olvidando todos los demás aspectos de su vida social.
El desarrollo de la Sociedad de la Información puede ser una seria amenaza contra la igualdad de derechos de las personas con discapacidad si no se afrontan sus desafíos de forma que se protejan estos derechos fundamentales. La información ha llegado a ser una necesidad social y un aspecto fundamental de los derechos humanos, y no podemos permitir que ningún grupo se vea excluido de ella.
Muchas de estas personas sólo necesitan la adaptación de las herramientas y del entorno laboral para poder realizar el mismo trabajo que quienes no tienen una discapacidad. Se han depositado muchas esperanzas en el papel que pueden jugar las tecnologías de la información como herramienta para mejorar los niveles de formación y para promover el empleo de amplios grupos de personas con discapacidad que actualmente no están incorporados a los procesos productivos.
La tecnología de la información puede cambiar esta situación proporcionando puestos de trabajo en casa a las personas con discapacidad con graves restricciones de movilidad o adaptando los lugares de trabajo convencionales para posibilitar el acceso al empleo a los posibles nuevos grupos de usuarios. La Sociedad de la Información trae consigo infinidad de oportunidades que pueden contribuir a un incremento en la tasa de empleo para las personas con discapacidad.
Para las personas con discapacidad que no tienen un nivel muy alto de educación y especialización, el cambio tecnológico puede tener un efecto negativo sobre sus oportunidades de trabajo. De ahí la importancia de invertir en la formación de las personas con discapacidad, utilizando todos los medios que permitan potenciar el aprendizaje a lo largo de la vida, y, muy concretamente, abordando programas de "alfabetización tecnológica"; de darles la posibilidad de adquirir los equipos informáticos necesarios o de acceder a ellos de una forma fácil.
La utilización de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación es y será de vital importancia para las personas con discapacidad, si se aplica a la creación de redes y a la comunicación, al intercambio de experiencias y de información relevante y a crear lugares de encuentro para las personas con discapacidad que viven situaciones similares. Por ello, de la mano de la Sociedad de la Información nos llega con fuerza otra idea, la de la Sociedad del Conocimiento y su manifestación mediante las comunidades de saberes y las inteligencias colectivas, donde es la participación y la suma de las capacidades y potencialidades de sus elementos lo que genera el auténtico valor.
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