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LA NECESIDAD DEL EDUCADOR SOCIAL EN LOS INSTITUTOS

Docentes alertan de la necesidad del Educador Social en los institutos
El ‘bullying’ o violencia escolar ha sido un punto clave de debate en el programa estival Corduba 2006, sobre el que han vertido opiniones profesores y especialistas esta semana. Dos profesores coinciden en que, al igual que es de urgente necesidad la incorporación del Educador Social a los institutos de Secundaria, también lo es que los profesores reciban una formación específica.
NP-Lourdes Gallardo
Redacción Aprendemas
22/07/2006
 Se entiende “violencia escolar” como un conjunto de fenómenos que va más allá del acoso e intimidación (Bullying) y que se da tanto de alumnos a profesores, de padres a profesores, el propio vandalismo y, la más conocida, la violencia entre iguales.  El perfil del agresor es muy diverso y va desde un alumno más fuerte físicamente al que tiene más habilidades sociales o se encuentra más aceptado por el grupo; y tampoco se diferencia por sexos, aunque las niñas suele ejercer una violencia más psicológica que física. Por otro lado, las claves para reconocer que una víctima está sufriendo este tipo de acoso e intimidación van desde marcas físicas que no se pueden entender como accidentes a pesar de la negación de la víctima hasta trastornos alimenticios y del sueño, dolores de cabeza y de estómago, deseo de absentismo escolar o intentos de fugas. De todo ello se ha hablado estos días en Corduba 2006, el programa de verano de la Universidad de Córdoba, desde el que se han planteado situaciones y soluciones principalmente fundamentadas en una idea general: que los problemas de violencia escolar y juvenil se verían drásticamente reducidos con la incorporación de orientadores en los centros de primaria y de educadores sociales en los centros de primaria y secundaria.  "El profesorado de los colegios tiene graves dificultades para asesorar psicológicamente a los agresores, aunque no tanto a las víctimas porque les falta formación", afirma Antonio Jesús Rodríguez, profesor de Psicopedagogía de la Universidad de Córdoba y coordinador del curso 'Violencia escolar y juvenil: Estrategias psicopedagógicas preventivas y paliativas', que termina hoy en el marco de los Seminarios Universitarios de Lucena. Estos educadores sociales podrían intervenir en temas tan vitales como la formación y asesoramiento de los padres, tener un conocimiento más directo sobre la realidad externa del entorno inmediato o establecer una conexión con instituciones que lleven a cabo tareas socioeducativas como centros cívicos o ayuntamientos. De esta forma, se conseguiría aunar esfuerzos y que "las políticas dispersas que se están haciendo hasta ahora terminen por consolidarse y dar frutos", señala el profesor del curso de violencia escolar.
De hecho, lo que tiene muy claro el profesor Rodríguez es que la solución del problema de la violencia pasa por la colaboración de toda la comunidad educativa frente a este fenómeno y que tanto padres como profesores y alumnos sean capaces de aglutinar esfuerzos e ir todos por el mismo camino.
 Paralelamente disertó en los Seminarios Fons Mellaria el profesor de la Diplomatura en Educación Social de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga, Julio Vera Vila, sobre la formación que debe tener un educador social, y resaltó la necesidad urgente de "incorporar educadores sociales a los centros educativos y sobre todo a los institutos de secundaria donde los profesores tienen menor formación pedagógica". En este sentido, el profesor Vera indicó que "la formación del educador social debe adecuarse a las nuevas necesidades que van surgiendo; porque la sociedad se ha hecho mas compleja y los profesores no pueden asumir situaciones de conflicto o convivencia y resolver problemas personales de los alumnos que van mas allá de su disciplina". También formar a los profesores No sólo los educadores deben adquirir una sólida formación al respecto; también se debe fomentar una formación específica dirigida a los profesores para que puedan trabajar tanto con agresores como con las víctimas. En opinión del profesor Rodríguez, es muy importante el trabajo preventivo más que el de actuar ya con los niños violentos. En este sentido, hay que trabajar la convivencia día a día en los centros teniendo en cuenta la educación emocional, entendiendo por educación emocional el conocimiento de las emociones tanto propias como las ajenas.
En cuanto a los tipos de violencia se entiende por violencia escolar a un conjunto de fenómenos que va más allá del acoso e intimidación (Bullyng) y que se da tanto de alumnos a profesores, de padres a profesores, el propio vandalismo y, la más conocida, la violencia entre iguales.
  

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