Blogia
JMAYORGA

DELEGAR Y LA FUERZA DEL EQUIPO

Delegar es uno de los tantos modos que tenemos para acercarnos a aquello que queremos lograr, es un modo de aprender a administrar mejor nuestro tiempo y es –entre otras cosas- una muestra en nuestro avance de reconocer lo que hace mejor cada una de las personas que conocemos. Es aprender a conjugar efectividad y bien-estar en nuestras vidas.

Y no únicamente por una cuestión de tiempo sino porque los demás pueden darle un impronta personal a la que nosotros no podemos acceder. Delegar es de algún modo asimilar que en equipo puedo lograr lo que difícilmente o con más dificultad podría alcanzar en soledad. Es tener la capacidad de descubrir la fuerza del equipo.

Pero como todo, tiene sus secretos y es importante aprender a hacerlo.

 El no saber aquí tiene sus grandes costos: falta de efectividad, mal-estar y tiempo perdido.

Después de elegir a la persona correcta e idónea para realizar la tarea en cuestión, hay tres cosas importantes que recordar cuando quiero o necesito delegar algo:

La primera es
tomarme el tiempo necesario para explicar y entrenar al otro en los resultados que deseo que consigamos. Aquí hay dos puntos claves: tiempo y explicación. Tomarme el tiempo suficiente. Muchas veces delegamos cuando estamos totalmente agotados o excedido entonces en lugar de delegar nos sacamos un peso de encima y lo tiramos literalmente encima del otro.

La segunda es Dar Libertad. Una vez que le explique a la otra persona, y que pongo a su disposición herramientas y recursos, necesito dejar que el otro llegue a ese resultado del modo en que él sabe. Que lo haga del modo en que se sienta más cómodo, en que sea más creativo.

Por último, la tercera es Revisar. Controlar. Controlar los resultados es mi responsabilidad –en el sentido usual del término. Soy yo el único responsable de lograr lo que me importa, de velar porque eso suceda. Controlar es monitorear asegurarme de que avanzamos efectivamente hacia el logro del resultado esperado. Controlar en un modo de evitar obtener excusas en el lugar donde debería obtener resultados.

¿Resultados?
La mayoría de las veces, no los mejores. Por eso es importante el segundo punto clave: explicar qué necesito, cuál es el resultado que es necesario que logremos al desarrollar esa tarea, explicar los detalles. Exponer bajo qué consideraciones el trabajo está bien hecho, cuáles son mis condiciones de satisfacción, darle a la persona toda la información necesaria para que pueda llevar esa tarea a cabo.

Espero que te sea útil esta Newsletter. Que sea un aporte a vivir con mayor efectividad y bien-estar.


Un abrazo y mil gracias por leerme

0 comentarios